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Espacio de Intercambio de Información, para Promover la Asistencia y Atención Médica en Instituciones de Salud y Asociaciones Civiles de Respuesta al Sida, con Marco de Lineamientos en Derechos Humanos.

Así como Promover, Difundir y Aplicar los Programas que las Instituciones Públicas y Privadas, Nacionales e Internacionales, y que Favorezca la Restitución, Atención y Tratamiento de las Personas con VIH/Sida.

Fortaleciendo así la Capacidad Médica Integral.

domingo, 28 de junio de 2015

Altos Recuentos de CD4, pero no Estatinas, Reduce el Riesgo de Ataque Cardiaco, Accidente Cerebrovascular y Mortalidad

El uso de Estatinas no afectó el riesgo de infarto de miocardio (IM), ictus y mortalidad por cualquier causa en un estudio retrospectivo de 438 personas reciben tratamiento antirretroviral combinado.

Sin embargo, un recuento de CD4 superior hizo disminuir el riesgo de que la variable combinada en el estudio, que analizó datos de Nutrición de Estados Unidos para una vida saludable (NFHL) cohorte.

Alteraciones inflamatorias y metabólicas sistémicas persisten en las personas que respondieron bien a la terapia antirretroviral combinada y pueden contribuir a la enfermedad cardiovascular y otras comorbilidades no-SIDA.

Para ver si el impacto anti-inflamatorias y anti-lipídico de las Estatinas podría afectar los resultados, así como la mortalidad, los investigadores llevaron a cabo NFHL este análisis retrospectivo.

NFHL es una cohorte prospectiva que comenzó a inscribir a los adultos VIH-positivos en 1995, con exclusión de las personas con hipertensión no controlada, infarto de miocardio o accidente cerebrovascular en los últimos seis meses, pero mantener a los miembros de cohortes en los que esas condiciones se desarrollaron después de que entraron NFHL.

Este análisis se centró en personas que comenzaron la terapia antirretroviral combinada, en septiembre de 2000 o posterior.

Los investigadores compararon la incidencia de infarto de miocardio, accidente cerebrovascular y mortalidad por cualquier causa (una variable combinada) en las personas que tomaron Estatinas frente a los que no lo hicieron.

Para identificar los factores asociados a alcanzar el objetivo compuesto, los investigadores utilizaron dos riesgos proporcionales de Cox modelos: uno centrado en el uso de Estatinas como una variable binaria (sí o no) y uno teniendo en cuenta la duración de Estatinas.

Otros predictores de tiempo variable en el modelo fueron el recuento de CD4 y la lipoproteína de baja densidad (LDL).

El grupo de estudio consistió en 438 personas, 141 de ellas (32%) mujeres, 53% blancos, 32% negros y el 10% hispanos. La edad media fue de 44,3 años, la media de CD4 contar 426 y el promedio de colesterol LDL 113 mg/dL.

Casi la mitad de la cohorte (47%) ahumado, y el 35% tenía hipertensión.

Sesenta y siete personas (15%) utilizan Estatinas durante el seguimiento, con un promedio de 275 semanas en las personas que nunca usaron Estatinas y 411 semanas en los que lo hicieron.

Ni modelo multivariado se encontró una asociación entre el uso de Estatinas y el riesgo de la mortalidad por accidente cerebrovascular compuesta MI punto final (hazard ratio [HR]: 1,26, 95% intervalo de confianza [IC]: 0,57 a 2,79, para el uso de Estatinas como una variable binaria; HR: 0,93 ; IC del 95%: 0,65 a 1,32, para la duración de Estatinas).

Tres variables que hicieron predecir el resultado compuesto en ambos modelos.

Cada año de edad se asoció con un 7% más de riesgo de llegar a la variable combinada (HR: 1,07 IC 95%: 1.3 a 1.1), el tabaquismo confirió un riesgo 78% más alto (HR: 1,78; IC 95%: 1.4 a 3.19 ) y cada recuento de CD4 de células superior 50 redujo el riesgo 12% (HR: CI 0,88, 95%: 0,83 a 0,94) en ambos modelos.

En un análisis de sensibilidad que eliminó todas las causas de mortalidad de la variable combinada y por lo tanto reduce el número de puntos finales a 20, sólo la edad y el recuento de CD4 permanecieron predictores independientes de MI y accidente cerebrovascular.

Cada año de edad confiere un riesgo 8% mayor, y cada recuento de CD4 de 50 células superiores significaba un riesgo 12% menor.

El equipo NFHL señaló que un estudio de cohorte retrospectivo como este no puede resolver la cuestión de si las Estatinas previenen enfermedades cardiovasculares y muerte en personas con VIH.

Un ensayo controlado con placebo, posiblemente definitiva de Pitavastatina (nombre de marca: Livalo) en 6.500 adultos VIH-positivos (Reprieve, ACTG A5332) está reclutando participantes.

Los autores proponen que "la preservación recuento de CD4 podría desempeñar un papel protector no sólo para todo el compuesto [extremo], sino también para los resultados cardiovasculares puros después de exclusión de la muerte como un resultado del análisis."




Website Mary Ann Liebert:

Website Clinical Trials:

La Homofobia Rampante en Algunos Países Europeos Aumenta el Riesgo de VIH en Hombres Gays‏

Los países con leyes y actitudes que estigmatizan a las minorías sexuales, predisponen a una ocultación de la orientación sexual, una cobertura insuficiente de servicios de prevención del VIH y a niveles más elevados de riesgo en las prácticas sexuales.

De acuerdo con los resultados de un estudio publicado en la revista AIDS, los hombres gays y otros hombres que practican sexo con hombres (HSH) que viven en países europeos con leyes y actitudes que estigmatizan a las minorías sexuales se ven obligados a menudo a ocultar su orientación sexual, no disponen de los servicios y recursos preventivos necesarios para cubrir sus necesidades y tienen conductas sexuales de alto riesgo.

Aproximadamente 180.000 participantes de 38 países europeos respondieron en 2010 la Encuesta Europea para hombres que practican sexo con otros hombres (EMIS, en sus siglas en inglés), lo que la convierte en el estudio internacional más grande que se haya efectuado hasta el momento en esta población.

El objetivo de este estudio fue obtener información sobre conocimientos, actitudes y conductas de los hombres gays y otros HSH en relación con la infección por el VIH y otras infecciones de transmisión sexual.

La recogida de información se realizó a través de internet, utilizando un cuestionario online alojado en los principales portales europeos de contactos sexuales para HSH.

Este estudio ha sido también una oportunidad para investigar el impacto del estigma en el ocultamiento de la orientación sexuales y las necesidades de prevención del VIH no cubiertas en los 38 países europeos incluidos en la investigación.

El estigma a nivel nacional se evaluó revisando la legislación y las políticas discriminatorias hacía los gays y otros HSH.

Los investigadores pudieron observar que, en términos de legislación, existe una gran variabilidad entre los diferentes países europeos siendo Rusia y Ucrania los países con las legislaciones menos favorables y Suecia, con la más favorable.

Las actitudes hacia los gais y otros HSH se evaluaron a través de la Encuesta Europea de Valores realizada en 2008.

Dicho estudio incluyó preguntas que permitieron conocer para cada país la proporción de personas que pensaban que la homosexualidad podría estar justificada; el grado en el que estaban de acuerdo en que las parejas del mismo sexo pudieran adoptar niños; o el porcentaje de personas que no les importaría tener por vecinos una pareja homosexual.

A los participantes del estudio EMIS se les preguntó si ocultaban su orientación sexual, si habían sido diagnosticados de VIH y cuántas parejas sexuales ocasionales habían tenido el año anterior.

Además, a los hombres gays y otros HSH que participaron en la encuesta se les formuló una serie de preguntas para evaluar su grado de conocimiento sobre prevención del VIH, sus conductas sexuales de riesgo y el acceso a servicios de prevención del VIH.

Los resultados muestran que los hombres que manifestaron tener que ocultar mucho su orientación sexual tuvieron más probabilidades de ser más jóvenes (p menor 0,001), de no tener pareja (p menor 0,001), de tener trabajo (p menor 0,01), de vivir en ciudades y pueblos más pequeños (p menor 0,001), de tener un nivel educativo más bajo (p menor 0,001), y de vivir en países con niveles elevados de estigma hacia los hombres gais y otros HSH (p menor 0,001).

Precisamente los hombres que vivían en países con niveles elevados de estigma tuvieron menos probabilidades de tener un diagnóstico de VIH (cociente de riesgo ajustado [CRa]: 0,68; intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 0,57-0,82) y tener menos parejas sexuales (CRa: 0,75; IC95%: 0,67-0,83).

Sin embargo, hubo indicios claros de que el estigma se asoció con un aumento del riesgo del VIH.

Vivir en un país con niveles elevados de estigma se relacionó con una cobertura inadecuada de servicios de prevención del VIH (p menor 0,001), un conocimiento menor sobre el VIH (p menor 0,001), un tasa menor de realización en el año anterior de la prueba de detección del VIH o de otras infecciones de transmisión sexual (p menor 0,01), prácticas sexuales anales no protegidas con parejas ocasionales (p menor 0,01) y no realizar Counselling antes y después de la prueba del VIH (p menor 0,01).

El estigma a nivel nacional fue un factor pronóstico de las probabilidades de ocultar la orientación sexual (CRa: 2,47; IC95%: 2,10-2,91).

La ocultación se asoció, a su vez, con un menor acceso a servicios del VIH, a un grado de conocimiento menor sobre la prevención del VIH, y a niveles más elevados de riesgo en las prácticas sexuales.

En sus conclusiones, los investigadores señalan que los responsables de la salud pública deberían fomentar la autoexpresión de manera abierta entre todos los individuos y promover cambios estructurales y políticos que la faciliten independientemente de la orientación sexual y de las asociaciones entre estigma, ocultación y salud.

Fuente: Aidsmap
Referencia: Pachankis JE et al. Hidden from health: structural stigma, sexual orientation concealment, and HIV across 38 countries in the European MSM Internet Survey. AIDS 29; 1239-46, 2015.




Website Aidsmap:

Website AIDS Journal:

ITS Rectales y Carga Viral en Hombres VIH positivos, Con y Sin Tratamiento

Un estudio realizado por O Davies y colegas de Guy y St. Thomas 'examinó el impacto de la gonorrea rectal (GC) y la clamidia (CT) sobre la carga viral del VIH en el plasma y el tejido rectal.

El estudio incluyó a 42 hombres gay VIH medio de quién estaban en tratamiento y media seguían tratamiento ingenuo.

En cada grupo, 7 hombres tenían una ITS rectal (ya sea GC o TC) y 14 no lo hicieron.

El grupo también analizó los biomarcadores de inflamación en el tejido rectal.

Los hombres fueron reclutados durante la revisión de rutina de la salud sexual.

Además de las comparaciones por el tratamiento del VIH y el estado de las ITS, los hombres con una ITS fueron su propio control, tratamiento de ITS antes y después.

En los 21 hombres en ART, no hubo diferencias significativas en la carga viral del VIH entre los hombres con o y sin ITS rectales, con todo el plasma y los niveles de recto a menor a 100 copias/ml.

Los marcadores inflamatorios también no fueron significativamente diferentes entre el aquellos con y sin una ITS: IL-6 (p = 0,41), IFN-gamma (p = 0,42), y TNF-alfa (p = 0,26). De los 21 hombres VIH positivos que no están en ART, tampoco hubo diferencias en la carga viral (p = 0,50) o citocinas para los que tienen en comparación con y sin ITS.

Sin embargo, hubo un descenso no significativo en la carga viral del VIH en el tejido rectal en este grupo dos semanas después de tratamiento de GC / CT (mediana de 0,6 log copias/mL; rango: 0,3-1,4).

También hubo cambio significativo en el plasma (p = 0,37). La preocupación de que las ITS podría aumentar el riesgo de transmisión del VIH a través de más alta viremia no se encontró en este estudio y tal vez ayuda a explicar la falta de transmisión en el estudio PARTNER cuando ITS estuvieron presentes.

Comentario:
Mientras que otras infecciones de transmisión sexual a menudo se cree que aumenta el riesgo de transmisión del VIH hay datos limitados para muchas preguntas específicas.

Esto es especialmente importante dado el impacto del tratamiento del VIH en la reducción de la transmisión del VIH, y los datos del estudio PARTNER encontrar ninguna transmisión, incluso en presencia de otras ITS.




Website 21 Annual Conference of BHIVA (Brighton 2015):

¿Cómo Promover la Salud Sexual en Hombres Gays y otros HSH en Europa?‏

El Centro Europeo para el Control y la Prevención de las Enfermedades hace públicas sus recomendaciones para la prevención del VIH y otras ITS.

En 2103 se registraron en Europa 136.235 nuevas infecciones por VIH en 51 de 53 países europeos, lo que supone una tasa de 15,7 casos por 100.000 habitantes.

A pesar de los avances en el tratamiento y en la prevención, la epidemia del VIH en Europa no disminuye desde 2004.

Las razones están relacionadas con el hecho de que el VIH se sigue concentrado en poblaciones clave que, por diferentes razones, poseen un mayor riesgo de infección: hombres gays y otro hombres que tienen sexo con hombres (HSH) y usuarios de drogas por vía intravenosa.

Los hombres gais y otros HSH son la única población clave en la Unión Europea en la que no se ha observado un descenso en las nuevas infecciones durante la última década.

De hecho, los nuevos diagnósticos entre hombre gays y otros HSH han aumentado un 33% respecto a 2004.

Además, la mayoría de los nuevos casos de sífilis (58%) registrados en la Unión Europea/Espacio Económico Europeo se registraron en hombres gais y otros HSH.

Los epidemiólogos, médicos y activistas por los derechos del colectivo LGTB insisten en que es preciso mejorar la cobertura y la eficacia de los programas de prevención focalizados en hombres gays y otros HSH.

Hasta ahora, los esfuerzos en prevención han resultado insatisfactorios y rara vez han logrado los objetivos propuestos.

Este es el motivo que ha llevado al Centro Europeo para el Control y la Prevención de las Enfermedades (ECDC, en sus siglas en inglés) a desarrollar unas directrices que permitan mejorar la prevención del VIH y de las infecciones de transmisión sexual (ITS) en hombres gays y otros HSH.

El ECDC identifica siete servicios clave que permitirían mejorar la prevención y reducir los nuevos diagnósticos si los países europeos los introdujeran en sus programas de salud pública nacionales y regionales en la respuesta frente al VIH en esta población clave.

Se trata de servicios de eficacia científicamente probada que van desde la vacunación frente a ciertas ITS, la promoción de la prueba de detección del VIH, el acceso a preservativos, hasta el tratamiento precoz o la promoción de la salud sexual.

Para obtener el máximo efecto, se deberían aplicar de forma combinada.

La prevención combinada tratar de poner a disposición de los individuos toda una serie de estrategias y herramientas –biomédicas, conductuales y estructurales– con el objetivo de que los potenciales usuarios pueden adaptar dichas herramientas de prevención disponibles a sus propias necesidades.

La epidemia del VIH en hombres gais y otros HSH está influenciada por varios factores, prácticas y conductas que pueden aumentar el riesgo del VIH y otras ITS.

De acuerdo con el ECDC, ninguna de las siete intervenciones clave contempladas en sus directrices reducirá de forma significativa la transmisión del VIH o las ITS por sí sola.

Las necesidades y las preferencias en materia de prevención entre los hombres gays y otros HSH varían entre países y dentro un mismo país, según la persona y el momento.

Por ello, los expertos del ECDC recomiendan que, para mejorar la salud sexual de los hombres gays y otros HSH en Europa, los esfuerzos se tienen que dirigir y adaptar a la situación nacional o local y contar con la participación de las propias personas a las que se dirigen dichos esfuerzos.

En el documento, el ECDC explora todas aquellas buenas prácticas de salud pública que pueden prevenir de forma efectiva infecciones en hombres gays y otros HSH e incluye también las necesidades de prevención de aquellos que viven con el VIH.

De acuerdo con las recomendaciones, los servicios de prevención para hombres gays y otros HSH deben implementarse tras el análisis de datos epidemiológicos relevantes y fiables.

Además, los expertos subrayan que, como consecuencia de los recortes en los presupuestos de salud pública de muchos países europeos, resulta más importante que nunca implementar intervenciones específicas, basadas en la evidencia científica y focalizadas en las poblaciones en situación de mayor riesgo.

Las siete intervenciones en prevención del VIH y otras ITS incluidas en las recomendaciones de los ECDC son:

-Vacunación: Promover y ofrecer la vacunación frente al virus de la hepatitis A (VHA) y B (VHB).

Considerar la vacunación frente al virus del papiloma humano (VPH).

Condones: Poner a disposición condones y lubricantes de forma fácilmente accesible y promover su uso correcto y efectivo.

-Pruebas de detección del VIH y otras ITS: Poner a disposición la oferta de Counselling y prueba del VIH y de otras ITS, de forma voluntaria y confidencial, a través de una variedad de dispositivos y recursos que resulten de fácil acceso para la población diana.

-Tratamiento: Ofrecer en el momento apropiado el tratamiento frente al VIH, las ITS, las hepatitis víricas.

Los beneficios preventivos del tratamiento son significativos.

-Promoción de la salud sexual: Proporcionar información rigurosa y comprensible que permita a los hombres gays y otros HSH entender y valorar los riesgos relacionados con la salud sexual y la eficacia de la prevención.

-Servicios de salud sexual específicos para hombres gays y otros HSH: Los centros comunitarios de atención a hombres gais y otros HSH proporcionan programas integrales de salud sexual entre los que se incluyen la promoción de la salud, Counselling, apoyo entre iguales, prevención, detección y diagnóstico.

Como ejemplos de buenas prácticas, los ECDC mencionan los centros de atención comunitarios BCN Checkpoint y Ath Checkpoint, en Barcelona y Atenas, respectivamente.

-Atención específica para hombres gays y otros HSH con VIH: Proporcionar vacunación y tratamiento antirretroviral; cribado regular de ITS utilizando pruebas diagnósticas apropiadas; tratamiento para las ITS; Counselling; promoción de la salud sexual; y grupos de ayuda mutua.

Fuente: ECDC
Referencia: ECDC. Guidance: HIV and STI prevention among men who have sex with men. Stockolm, June 2015.



Website European Centre for Disease Prevention and Control (ECDC): http://ecdc.europa.eu/en/Pages/

jueves, 25 de junio de 2015

Primeros Datos Demográficos de un Ensayo en el que se Prueba un Anillo Vaginal con un Microbicida‏

Aunque los datos de eficacia no se conocerán hasta 2016, se espera que este dispositivo ayude a superar los problemas de adherencia en mujeres observados en otros estudios.

Recientemente, la revista PLoS One ha publicado un artículo en el que se recogen datos preliminares del ensayo ASPIRE (siglas en inglés de “un estudio para prevenir la infección con un anillo de uso prolongado”), un estudio de eficacia de gran tamaño en el que se está probando la administración de un microbicida frente al VIH mediante un dispositivo en forma de anillo que, colocado en la vagina, liberaría un fármaco antirretroviral de forma continua.

El documento presentado se limita a realizar una descripción de las características de las participantes y los criterios de exclusión y no se sabrá hasta finales de 2016 si el anillo ofrece algún tipo de protección frente al VIH.

Por este motivo no pueden extraerse demasiadas conclusiones a partir de los datos publicados.

El anillo vaginal consiste en un dispositivo de silicona blanda con forma toroidal que contiene un fármaco antirretroviral y se coloca en el cuello de útero para que libere el medicamento de forma progresiva a lo largo de un mes.

La idea de disponer de un dispositivo de acción prolongada es superar el problema de adherencia que entraña la estrategia de profilaxis preexposición (PrEP), tanto por vía oral como mediante aplicación tópica (lo que se conoce como microbicida).

Se cree que la falta de adherencia es la explicación de por qué han fracasado varios estudios en que se probaban estas estrategias preventivas en mujeres en el África meridional.

El estudio ASPIRE (MTN-020) se está realizando en 15 centros de investigación de cuatro países africanos (Sudáfrica, Zimbabue, Malaui y Uganda) y en él se inscribieron más de 2.600 mujeres de entre 18 y 45 años entre agosto de 2012 y junio de 2014.

La mitad de las mujeres empleó un anillo vaginal que contenía el fármaco antirretroviral davirapina (perteneciente a la familia de los inhibidores de la transcriptasa inversa no análogos de nucleósido, pero que no se usa como tratamiento oral de la infección y cuyo uso ha sido cedido para investigación en prevención), mientras que la otra mitad empleó un anillo placebo sin fármaco activo.

El anillo debe reponerse cada mes y las mujeres recibieron citas clínicas mensuales también.

Durante las citas, a las mujeres se les realizaron pruebas de VIH y otras infecciones de transmisión sexual, recibieron counselling sobre adherencia y conductas sexuales seguras y también se les proporcionó preservativos.

Además, se les realizaron análisis de sangre para determinar los niveles de adherencia.

Las participantes recibieron seguimiento durante un mes después del último anillo utilizado para comprobar si el dejar de usar este dispositivo tenía algún efecto sobre las tasas de infección por VIH.

Las mujeres utilizaron el anillo durante al menos un año (algunas hasta dos años), pero el estudio no estaba diseñado para tener una duración determinada, sino que se interrumpió cuando se acumularon suficientes datos como para poder detectar una eficacia del 60%.

El número total de participantes se determinó inicialmente a partir de una suposición de un 3,9% de incidencia de VIH, pero posteriormente tuvo que recalcularse el número previsto de participantes cuando se descubrió que la incidencia basal era más próxima al 5%.

Esto se tradujo en que el número objetivo necesario para determinar la eficacia sería de unas 2.600 mujeres. Unas 5.516 mujeres se presentaron voluntarias para participar, pero únicamente 2.629 (48%) superaron los criterios de inclusión.

El motivo más habitual de exclusión fue haber dado positivo al VIH antes de entrar: hasta el 35% de las voluntarias tenían VIH.

No obstante, este porcentaje varió de forma significativa de un país a otro (entre el 15% de Malaui y el 46% en Zimbabue).

La segunda causa más habitual para que las mujeres no pudieran participar fue el criterio de los responsables del ensayo.

Es decir, en los casos en que estas personas consideraron que las circunstancias personales de las mujeres pudieran suponer un obstáculo para la adherencia.

Así, el 31% de las mujeres fueron excluidas del ensayo a discreción del personal del ensayo (llegando al 48% en Malaui).

El tercer motivo más habitual de exclusión (22%) fue debido a que las mujeres presentaban una o más condiciones clínicas de una lista (enzimas hepáticas elevadas, enfermedad renal, enfermedad inflamatoria pélvica, embarazo o intervenciones ginecológicas recientes).

El tener una infección de transmisión sexual bacteriana no constituyó un motivo de exclusión siempre que estuviera siendo tratada.

Otros motivos de exclusión (aunque menos frecuentes) fueron que la mujer no completó todo el proceso de inscripción (8%) o que pretendía quedarse embarazada (8%), ya que en el ensayo se pedía a las participantes que utilizasen un método anticonceptivo fiable distinto a los preservativos.

La media de edad de las mujeres participantes fue de 26 años (24 en Sudáfrica) y el nivel educativo varió de forma significativa de un país a otro: el 46% de las voluntarias de Uganda solo habían recibido educación primaria, mientras que el 87% en Sudáfrica y Zimbabue completaron la educación secundaria.

Todas las mujeres tenían una pareja sexual principal y en el 83% de los casos, ese hombre había sido su única pareja en los tres meses anteriores a la inscripción en el estudio.

El tener otras parejas sexuales secundarias fue más habitual en Uganda (46% de las mujeres habían tenido más de una pareja).

Las mujeres de Uganda también fueron las menos propensas a declarar el uso de preservativo (32% frente a una media de 56% en el total del estudio).

Además, fueron las más propensas a afirmar que habían tenido sexo comercial (relaciones sexuales a cambio de dinero, regalos, drogas o refugio) en el último año (15% frente a una media del 6%).

Muy pocas mujeres afirmaron utilizar el preservativo femenino (1% en los tres meses anteriores).

También fue muy reducido el porcentaje que declaró haber practicado sexo anal (2%).

El número de encuentros sexuales que mantuvieron las mujeres también varió mucho: En promedio, el número de relaciones sexuales vaginales declarado por las participantes fue de 20 en los tres meses anteriores.

El hecho de que las mujeres estuvieran casadas o solteras influyó en este hecho y, así, en Zimbabue (donde un elevado porcentaje de voluntarias estaba casada), el número de relaciones sexuales vaginales en los tres meses anteriores fue de 48, mientras que en Sudáfrica (apenas un 8% de las mujeres estaban casadas) el número de encuentros sexuales declarado se quedó en 10.

Aproximadamente tres cuartas partes de las participantes le dijeron a sus parejas principales que estaban participando en un estudio sobre prevención del VIH y el 64% les habló en especial del anillo vaginal.

Sin embargo, de nuevo se apreciaron grandes diferencias por país: En Zimbabue y Malaui casi todas las mujeres les dijeron a sus parejas principales que estaban en el estudio, mientras que en Uganda solo lo hizo algo menos de un tercio.

Respecto a la generalización de los resultados que se extraigan del ensayo, el propio equipo de investigadores advierte de que probablemente los criterios de inclusión tan estrictos empleados en el ensayo hagan que las voluntarias no sean una representación muy fidedigna de la población de mujeres que acabará usando este dispositivo (en el caso de que demuestre eficacia).

También existen incertezas sobre cómo se distribuirá el anillo en la práctica, entre otros motivos porque es poco probable que en los entornos reales resulte práctico o asequible realizar una visita mensual a la clínica, tal como se hace en el estudio.

De todos modos, para los autores sigue siendo importante ampliar el abanico de herramientas preventivas, especialmente ofreciendo opciones como el anillo vaginal, que daría a las mujeres un mayor control sobre su propia salud sexual, reduciendo así su vulnerabilidad frente al VIH.

Fuente: Aidsmap
Referencia: Palanee-Phillips T et al. Characteristics of women enrolled into a randomized clinical trial of dapivirine vaginal ring for HIV-1 prevention. PLoS One DOI: 10.1371/pournal.pone.0128857. June 2015.




Website Aidsmap:

Website PLoS ONE:

martes, 23 de junio de 2015

Las Células Dendríticas serían Esenciales en la Respuesta Inmunitaria de los Controladores de Élite frente al VIH‏

Reaccionarían rápidamente ante el contacto con el virus produciendo sustancias potenciadoras de la función inmunitaria.

Un estudio publicado en la edición del 11 de Junio de PLoS Pathogens ha concluido que las células dendríticas desempeñarían un papel esencial en el control de la replicación viral que presentan los controladores de élite, aquellas personas cuyo organismo puede no solo mantener bajo control la progresión de la infección por VIH sino también hacerlo manteniendo una carga viral indetectable.

Los mecanismos que explican la efectividad frente al VIH del sistema inmunitario de los controladores de élite son múltiples y no del todo conocidos, aunque múltiples estudios han mostrado que la respuesta mediada por las células T es esencial e imprescindible para explicar dicha efectividad.

Estudios más recientes, sin embargo, han evidenciado que para el mantenimiento de la funcionalidad de las células T se precisa de un adecuado engranaje inmunitario tanto en lo relativo a la inmunidad innata –o inespecífica– como a la adaptativa, es decir la que se articula tras la presentación de antígeno.

En este contexto, las células dendríticas tienen un papel clave, ya que fagocitan patógenos (inmunidad innata) y procesan sus antígenos para presentarlos a los linfocitos T, por lo que también forman parte de la respuesta adaptativa.

Para ahondar en los conocimientos relativos a la influencia de las células dendríticas en el sistema inmunitario de los controladores de élite, los autores del presente estudio expusieron In vitro células dendríticas de controladores de élite al VIH para observar cómo reaccionaban ante la presencia del virus.

Tras el contacto con el VIH, las células dendríticas iniciaron una rápida y sostenida en el tiempo producción de interferones de primer tipo –principalmente de tipo α y, por lo tanto, potenciadores de la respuesta inmunitaria-, que produjo un aumento de la expresión de numerosos genes en respuesta a los niveles elevados de interferón.

Dicha reactividad de las células dendríticas al VIH se daría de forma paradójica, ya que en comparación de lo que sucede en las células dendríticas de las personas con VIH en las que la infección progresa, en las células dendríticas de los controladores de élite se observaría una menor expresión de la proteína SAMDH1 –que bloquea la transcripción inversa del VIH y por lo tanto su integración en el núcleo celular–.

De hecho, en el presente estudio se observó una presencia incrementada de ADN del VIH (el que se encuentra integrado en el núcleo celular) en las células dendríticas de controladores de élite respecto al observado tras exponer células dendríticas de una persona sin VIH al virus.

Parece ser que esta mayor replicación del VIH en el interior de las células dendríticas de los controladores de élite sería la responsable de una mayor reactividad y presentación de antígeno.

Como consecuencia de la particular respuesta de las células dendríticas de los controladores de élite al VIH se incrementaría la respuesta de las células T al VIH, tanto desde un punto de vista celular (linfocitos T CD8+) como desde un punto de vista humoral (la respuesta mediada por anticuerpos, coordinada por los linfocitos T CD4+, células diana de la infección por VIH).

Los resultados del presente estudio muestran que en los controladores de élite parece tener lugar un equilibrio preciso entre el sistema inmunitario innato (representado por las células dendríticas) y la respuesta adaptativa mediada por los linfocitos T CD8+ y por los linfocitos T CD4+.

Estos hallazgos podrían ser interesantes tanto para el desarrollo o la evaluación de posibles candidatas a vacuna; para establecer nuevos mecanismos de acción farmacológicos frente al VIH e incluso para avanzar en la investigación de la cura funcional de la infección por VIH.

De hecho, conseguir replicar el funcionamiento del sistema inmunitario de los controladores de élite en personas con VIH que no gozan de dicha condición sería una estrategia que lograría uno de sus requisitos más importantes para considerar la cura funcional: tener carga viral indetectable sin tomar terapia antirretroviral.

Fuente: HIVandHepatitis
Referencia: Martin-Gayo E, Buzon MJ, Ouyang Z, Yu XG, et al. Potent Cell-Intrinsic Immune Responses in Dendritic Cells Facilitate HIV-1-Specific T Cell Immunity in HIV-1 Elite Controllers. PLOS Pathogens 11(6):e1004930. June 11, 2015.




Website HIVandHepatitis:

Website PLOS Pathogens:

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La integración de los datos recientes al seleccionar de primera línea la terapia antirretroviral.

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Website Clinical Care Options (CCO):

Los Hombres Gays sin VIH podrían estar También en Riesgo de Adquirir la Hepatitis C por Vía Sexual‏

Aunque la incidencia sigue siendo más elevada en aquellos con VIH, los expertos recomiendan el cribado periódico del VHC en la población gay seronegativa que realizan prácticas de alto riesgo.

Según un informe publicado en Journal of Viral Hepatitis, se están registrando en Londres nuevos casos de infección aguda por el virus de la hepatitis C (VHC) también en hombres gais sin VIH.

Un grupo de investigadores del Hospital Chelsea and Westminster han identificado 44 casos hepatitis C aguda entre enero de 2010 y mayo de 2014.

Entre los potenciales factores de exposición, se incluyeron en casi todos los casos sexo anal no protegido y uso de drogas durante las relaciones sexuales.

Desde inicios de 2000, se han comunicado en algunas ciudades del Reino Unido, Europa, Australia y EE UU –y recientemente en España– brotes de infección aguda por VHC transmitida, en apariencia, por vía sexual en grupos de hombres con VIH que practican sexo con otros hombres (HSH).

Datos recientes muestran que la incidencia de hepatitis C en hombres gais y otros HSH con VIH podría superar en la actualidad a la comunicada en usuarios de drogas inyectables en algunas ciudades.

Cada vez son mayores los indicios de que la transmisión del VHC, en hombres gais con VIH, es relativamente frecuente a través de prácticas sexuales de alto riesgo (tales como el sexo anal traumático o fisting –introducción total o parcial de la mano en el ano de la pareja–), sexo en grupo sin preservativo o empleo de drogas (inyectables y/o inhaladas) durante sesiones de sexo prolongadas, o bien por la presencia concomitante de infecciones de transmisión sexual (ITS) ulcerativas, entre otros factores.

Si bien, en el caso de los hombres gais sin VIH, ha habido informes de casos aislados de infecciones agudas por VHC, lo cierto es que se desconoce la extensión de la transmisión del VHC en esta población.

Con el fin de arrojar un poco más de luz sobre esta cuestión los investigadores londinenses llevaron a cabo un análisis retrospectivo de los historiales clínicos de hombres gais y HSH sin VIH que recibieron atención en una gran clínica de salud sexual en Londres.

El objetivo fue identificar los casos de infección aguda por VHC. Los investigadores identificaron 44 casos de los cuales un poco más de una tercera parte (34%) de ellos se produjeron en hombres que habían tenido un resultado negativo en una prueba de detección del VHC en los doce meses previos.

Se detectaron elevaciones significativas en la enzima transaminasa ALT –un marcador clave de la función hepática– en una cuarta parte de los casos.

Los pacientes tenían una edad mediana de 37 años y dos terceras partes era de origen británico o irlandés. Se identificaron prácticas sexuales de alto riesgo con una frecuencia muy elevada.

Casi todos los pacientes (93%) comunicaron practicas sexuales anales no protegidas de los cuales un 88% se trataron de prácticas sexuales anales tanto receptivas como insertivas.

Una cuarta parte de los pacientes comunicaron haber practicado fisting.

En general, la mitad de los hombres gais revelaron consumir drogas de cualquier tipo siendo la vía de administración nasal la comunicada por un 36% y la inyectada, por un 21%.

Aproximadamente, una tercera parte admitió haber practicado sexo sin protección bajo los efectos de las drogas.

A los pacientes se les preguntó sobre el estado serológico al VHC y al VIH de sus parejas sexuales.

Un poco menos de una tercera parte comunicaron haber practicado sexo con parejas monoinfectadas por VIH y un 14% mantuvo relaciones con una pareja coinfectada por VIH y VHC.

Un 30% de los pacientes tenían al mismo tiempo una infección de transmisión sexual.

El uso de la profilaxis post-exposición se comunicó en un 18% de los casos mientras que un 5% de los pacientes señaló que estaban tomando profilaxis pre-exposición.

Ninguno de los pacientes se infectó por VIH. La mediana de carga viral en el momento del diagnóstico de hepatitis C aguda fue de 5,47 log UI/mL y la mayoría de pacientes tenían infección por genotipo 1 del VHC.

La eliminación o aclaramiento espontáneo del VHC se produjo en un 34% de los pacientes y 11 recibieron tratamiento frente a la hepatitis C de los cuales 10 consiguieron respuesta virológica sostenida –lo que suponen la curación de la hepatitis C.

Por otro lado, los investigadores señalan que, solo a un 15% de todos los hombres gais sin VIH que fueron atendidos en un mes en la clínica de salud sexual se les ofreció la prueba del VHC.

En sus conclusiones los investigadores señalan que su estudio pone de manifiesto la baja tasa de realización de la prueba de detección del VHC en hombres gais y otros HSH sin VIH en un contexto de hepatitis C no diagnosticada y de potencial transmisión.

“Muchos hombres gais sin VIH se encuentran en una situación de riesgo de infección por VHC en tanto que tienen conductas de riesgo similares a las de los hombres gais y otros HSH con VIH”, afirman los autores de este estudio.

Por lo tanto, el test de detección del VHC debería formar parte de cribado rutinario de salud sexual en aquellos hombres con factores de riesgo, sobre todo en entornos de una elevada prevalencia del VHC.

Fuente: Aidsmap
Referencia: McFaul K, Maghlaoui A, Nzuruba M et al. Acute hepatitis C infection in HIV-negative men who have sex with men. Journal of Viral Hepatitis, 22: 535-38, 2015




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